La exposición Prince·sse·s des villes es presentada como una ciudad imaginaria, múltiple y compleja, abierta, desordenada, agobiantes y creativa : un laboratorio imprevisible, siempre en movimiento y en (re)construcción. Artistas plásticos, creadores, diseñadores de moda, inventores, tatuadores y músicos : cincuenta artistas ocuparán el Palais de Tokio y serán presentados sin ningún agrupamiento geográfico, la mayoría del tiempo con nuevas producciones e intervenciones in situ.
DACCA, LAGOS, MANILLE, MEXICO y TÉHÉRAN : ultra-ciudades rizomaticas elegidas subjetivamente, guiados por la curiosidad del momento. Las cinco son una expresión de contradicciones, a la imagen del trafico saturado que coexiste con las redes numéricas que se supone funcionan con fluidez. Evidentemente, estas megalópolis son muy diferentes unas de las otras. Su singularidad cultural, política, y social se carga de múltiples historias que son caminos de comprensión de su identidad carente de toda dimensión inequívoca.
Entre rascacielos y chozas, emergencia y paciencia, las megalópolis conocen una expansión caótica, mezclando las transferencias de capitales a las conexiones tecnológicas en los centros financieros, lo cual genera márgenes urbanos portadores de desigualdades. Este vasto movimiento desordenado transforma a las ciudades en una obra infinita, propiciando la deriva de los imaginarios. Los artistas que emergen son entonces los paseante del siglo 21, los hackers de nuestras respuestas al medio urbano demasiado seguido funcionales y estandarizadas.
Joven creadora de moda, Bárbara Sánchez- Kane concibe colecciones para hombre que alían sexualidad y política. Sus prendas son marcadas por la mexicanidad, es decir, la reivindicación de raíces precolombinas. Responden al presente caótico , rechazando las oposiciones entre lo natural y lo artificial, lo bello y lo feo, valorizando la figura del macho sentimental que no pertenece a ningún genero.